martes, 13 de septiembre de 2011

Cita




Un escritor es alguien que pasa años tratando pacientemente de descubrir un segundo ser dentro de él, y el mundo que le ha hecho ser quien es: cuando hablo de escribir, lo primero que viene a mi mente no es una novela, un poema, o la tradición literaria, es una persona que se encierra en una habitación, se sienta frente a una mesa y, en soledad, mira dentro de sí; en medio de sus sombras, construye un nuevo mundo con palabras.



©fotografía Renato Guerra (fuente flickr), publicada bajo una licencia Creative Commons

16 comentarios:

  1. Si lo dice como metáfora... vale. Me parece apropiado como idea. Creo que cuando alguien escribe necesita dibujar un mundo reflejo del suyo o distinto, paralelo o imaginario en el que dar riendas a lo que lleva dentro o a lo que desea contar. Pero no creo que se encierre físicamente en ningún sitio... no hace falta, no es necesario. Yo no podría. Considero necesario estar cerca de los demás para captar las esencias, observar las actitudes, entender los sentimientos. Vivir lo bueno y lo malo, con mayor o menor intensidad... pero vivir. Así es como se consigue de verdad darle vida y chicha a nuestros escritos.
    Besos miles

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  2. Creo que para escribir, uno debe estar en total soledad, encerrado con uno mismo. En definitiva,tiene en sus manos crear un mundo, una realidad y eso, aunque no lo parezca, sólo puede hacerse en solitario.

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  3. Sofía, escueta como nunca y taxativa en la respuesta :)

    Yo también lo creo, aunque pienso que la soledad es esa habitación donde encerrarse, y no necesariamente un lugar físico, para poder crear ese nuevo mundo con palabras.

    Beso.

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  4. Lola, como he comentado a Sofía, para mí el verdadero lugar de creación es la soledad, absolutamente necesaria en mi caso a la hora de escribir. El estar rodeado de otras personas para, como tú dices, captar las esencias, no es para mí más que una labor de documentación.

    Beso.

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  5. Anita, no lo puedo expresar mejor de lo que tú lo has hecho.

    Beso.

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  6. Ángel, yo dispongo de esa habitación propia a la que se refiere Woolf, aunque no del dinero :))) («Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción»), pero sigo diciendo que para mí, lo verdaderamente importante a la hora de crear es la soledad, la intimidad absoluta con el acto de escribir, sin voyeurismos de ninguna clase. Con la obra acabada, ya es otro cantar.

    Un abrazo.

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  7. Javier... te diré: escribo en una habitación en la que están mis hijos haciendo los deberes, jugando o dando morcilla... según el día y la ocasión. Al mismo tiempo mi marido está en su sillón enganchado a un aparato haciéndose hemodíalisis. Yo, en mi mesa, escribiendo. No hay sala, no puede haberla. Estoy con ellos y estoy sola. Por supuesto cada uno tiene sus preferencias personales, eso es indiscutible. Pero a veces no depende de preferencias, sino de ocasión. Tengo una amiga que escribe como yo pero sin marido dializándose. Cuando una es ama de casa y trabaja fuera y cuida de otros y... no le queda mñas remedio que adaptarse a los ratitos que los demás le dejan. Una sala solitaria y en intimidad entonces, es un lujo que no tiene precio, ni se compra ni se vende. Y como lo que yo escribo no va a dar nunca un pelotazo y no me forraré, pues seguiré así el resto de mi vida... ¿Y sabes? ¡¡Me encanta!! ;)
    Besos miles para ti y para todos, que ya casi son algo mío también.

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  8. Lola, tienes más razón que un santo, para no variar :))) y es cierto que cada uno se adapta a sus circunstancias personales, pero lo que yo digo es que soy incapaz de crear de esa manera que tú describes (capacidad que envidio).

    Das en el clavo al hablar de la ocasión, ya que esta es para mí más importante que el lugar físico, del que sí que dispongo, pero si alguna vez he cogido mis bártulos y he intentado escribir en la sala, con la tv encendida, el enano jugando/hablando/cantando/saltando y exigiendo mi atención o a mi mujer diciéndole que haga esto o que no haga aquello, o sea, lo que viene siendo la vida familiar, no he podido materializar ni una sola línea, y es que yo tengo una tendencia a la distracción y a la divagación que no es normal. Preferiría, fíjate en lo que te digo, coger mi carpeta e irme a un banco del parque —sin columpios cerca, claro :)))— para apuntar cuatro ideas o poder desarrollarlas mínimamente. Y no culpo a mi hijo en absoluto, pues ya era así antes de su llegada, o sea, que "el problema" está en mí.

    Sí, para escribir, necesito soledad absoluta.

    Beso.

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  9. Yo tampoco lo sé, Kenit; me imagino que, como en todo, los habrá diametralmente opuestos. Ya has podido leer el testimonio de Lola, tan distinto al mío y, en cambio, solemos estar de acuerdo en prácticamente todas las cuestiones que se plantean tanto aquí como en sus blogs —visita que recomiendo encarecidamente—, lo cual me hace pensar que, en este caso, los medios no importan, lo que importa es el fin.

    Un abrazo.

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  10. No sé... yo no soy escritora, quizás por eso no lo sé, pero cuando dibujo, lo hago en cualquier lugar, porque para sentirme dentro de mí misma, no tengo que encerrarme físicamente, si no emocionalmente, y para eso no hay puertas con candados.
    Un beso Javier.

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  11. Estoy de acuerdo, Elena, pero para ese encierro emocional se necesita un mínimo de condiciones, como el silencio y la soledad, que te permitan concentrarte en los que estás creando.

    Beso.

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  12. Uyyy... Javier discrepo, yo he llegado a encerrarme en mi misma, hasta en una discoteca, en el autobus, rodeada de gente, en un parque, en mil sitios, alomejor tengo ese gran defecto, el de poder evadirme del mundo, y refugiarme en el mío.

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