miércoles, 31 de marzo de 2010

Cita



Un narrador no debería facilitar la interpretación de su trabajo. De otra manera no debería escribir una novela, ya que ésta es una máquina de generar interpretaciones.

UMBERTO ECO


© de la fotografía NCMallory (fuente: flickr), publicado bajo una licencia Creative Commons

domingo, 21 de marzo de 2010

Cita



Cuesta encontrar, en el mundo de la cultura, alguien poco convencido de su excepcionalidad, alguien que no padezca la injusta indiferencia del público, alguien que acepte sin dramaturgia el éxito o el fracaso.

MANUEL BAIXAULI


Fotografía hallada en google, sin que figure el nombre del autor. Si tiene derechos de imagen, notifíquenmelo y será retirada inmediatamente.

jueves, 18 de marzo de 2010

Cita



¿Os imagináis a un elefante escribiendo un libro? ¿No os lo imagináis? ¡Qué pocos libros leéis, entonces!

JOSÉ LUIS COLL
"ALGO PARA LEER"

© de la ilustración Vizcarra (fuente: google)

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Taxi?



Se despidieron a la puerta del hotel. “Ahora me preguntará si me llama un taxi”, pensó ella. “¿Te llamo un taxi?”, inquirió él, solícito. “¿Me acompañarás? Podemos compartirlo?” dijo ella, a su vez, a la desesperada, mientras en su interín ya sabía lo que él le iba a contestar: “No, tengo el coche aquí al lado”, respondió él, buscando con la mirada un taxi salvador que le sacara de aquella situación incómoda. “¿Por qué no me llevas tú?” insistió ella, mientras rezaba para sí: “Que no me diga ya te llamaré”. “Ya te llamaré”, contestó él.

© del texto JAVIER VALLS BORJA
noviembre 2009

© de la fotografía Al Fed (fuente: flickr), publicado bajo una licencia Creative Commons

viernes, 12 de marzo de 2010

Cita




Toda la historia de la literatura es -salvando algún esporádico Robinson Crusoe de las letras- precisamente eso: leer primero, después escribir. Quien no acepte de buena gana que le han llegado, directas o indirectas, todas las influencias del mundo, y que sin la deuda universal no sería nada, o es un ignorante o la estupidez le obnubila el cerebro.

JOAN FRANCESC MIRA


Fotografía hallada en google, sin que figure el nombre del autor. Si tiene derechos de imagen, notifíquenmelo y será retirada inmediatamente.

domingo, 7 de marzo de 2010

Extracto




--Una vez decidido el tema, debe usted tomar en consideración el tono o estilo de su narración. Existe, por supuesto, el tono didáctico, el tono entusiasta, el tono natural, todos suficientemente conocidos. Pero también está el tono lacónico, o seco, que se ha puesto de moda últimamente. Consiste en escribir con frases cortas. Algo como esto: Nunca se es demasiado breve. Nunca, demasiado mordaz. Siempre, un punto. Jamás, un párrafo.


--También está el tono elevado, difuso e interjectivo. Algunos de nuestros mejores novelistas son adictos a este estilo. Todas las palabras deben ser como un torbellino, como una peonza sonora, y sonar de una forma muy parecida, lo que suple muy bien la falta de significado. Este es el mejor estilo que se debe adoptar cuando el escritor tiene demasiada prisa para pensar.

--También es bueno el tono metafísico. Si conoce usted palabras ampulosas, ahora es el momento de utilizarlas. Hable de las escuelas Jónica y Eleática, de Architas, Gorgias y Alcmaeon. Diga algo acerca de lo subjetivo y de lo objetivo. Insulte, por supuesto, a un hombre llamado Locke. Desdeñe usted todo en general, y si un día se le escapa algo un poco demasiado absurdo, no tiene porqué tomarse la molestia de borrarlo, añada simplemente una nota a pie de página, diciendo que está usted en deuda por la profunda observación citada arriba con la “Kritik der reinem Vernunf”, o con “Metaphysische Anfangsgründe der Naturwissenschaft”. Esto le hará parecer erudita y... y... sincera.


--Hay varios otros tonos igualmente célebres, pero mencionaré tan sólo dos más, el tono transcendental y el tono heterogéneo. En el primero, todo consiste en ver la naturaleza de las cosas con mucha más profundidad que ninguna otra persona. Esta especie de don del tercer ojo resulta muy eficaz cuando se aborda adecuadamente. […] Evite usted en este caso las palabras altisonantes. Utilícelas lo más pequeñas posible y escríbalas al revés. […] Introduzca algo acerca de la Unidad Suprema. No diga ni una sola palabra acerca de la Dualidad Infernal. Sobre todo, trabaje con insinuaciones. Insinúelo todo, no afirme nada. Si tuviera usted el deseo de escribir “pan y mantequilla”, no se le ocurra hacerlo de una forma directa. Puede usted decir todo lo que se aproxime al “pan y mantequilla”. […] ...si lo que quiere usted decir de verdad es pan y mantequilla, sea usted prudente […] y bajo ningún concepto se le ocurra a usted decir “pan y mantequilla”.


--En cuanto al tono heterogéneo, no es más que una juiciosa mezcla, a partes iguales, de todos los demás tonos del mundo, y consiste, por lo tanto, en una mezcla de todo lo profundo, extraño, grandioso, picante, pertinente y bonito.

--Supongamos entonces que usted ya ha decidido el tema y el tono a utilizar. La parte más importante, de hecho, el alma de la cuestión, está aún por hacerse Me refiero al relleno. No es lógico suponer que una Dama, ni tampoco un caballero, si a eso vamos, haya llevado la vida de un ratón de biblioteca. Y no obstante y por encima de todo, es necesario que el artículo tenga un aire de erudición, o al menos pueda ofrecer pruebas de que su autor ha leído mucho. […] Echando un vistazo a casi cualquier libro del mundo, podrá usted percibir de inmediato la existencia de pequeñas muestras de cultura o bel-esprit-ismo, que son precisamente lo que hace falta para sazonar adecuadamente un artículo modelo Blackwood.

EDGAR ALLAN POE

Extracto del relato cómico “Cómo escribir un artículo de Blackwood”


© de la fotografía kevindooley (fuente: flickr), publicado bajo una licencia Creative Commons