Él todavía no salía de su asombro. Le había vencido aquella enana mocosa de trenzas largas y prietas y lo tenía allí, sometido. Hizo un esfuerzo por soltarse, deseando que nadie hubiese sido testigo de aquella humillación, pero ella lo atenazaba firmemente. Desde aquella posición pudo ver que la enana ya no lo era tanto; el tiempo que había pasado desde el último verano había obrado en ella algunos cambios que resultaban, cuanto menos, turbadores. Las trenzas eran ahora una melena lacia y brillante, sujeta por una diadema y había desaparecido la ortodoncia, dejando ver unos perfectos y blanquísimos dientes. No recordaba que sus labios fueran tan carnosos y, donde antes no había nada, despuntaban ahora dos inesperados pechos ¡de chica! Se abrieron las nubes dando paso al sol que, situado detrás de Ana, le confería un aura dorada y luminosa que cegaba a Álvaro y le obligó a entrecerrar los ojos.
© del texto JAVIER VALLS BORJA
primavera 2000
primavera 2000
COMENTARIOS EN FACEBOOK
ResponderEliminarEcatepense Editorial
Edición del mes de Noviembre de la Revista Ecatepense.com con el tema dia de Muertos participa
El 16 de octubre de 2009 a las 4:39 ·
Anita Noire
Ahí te quiero ver!!!!!! Guay
El 16 de octubre de 2009 a las 7:22 ·
Angel Utrillas Novella
Lo bueno si breve....
El 16 de octubre de 2009 a las 7:25 ·
Nicolás Calvo
Sugerente. Esperamos próximas entregas. No insistiré en lo bien que Vd. escribe porque es de dominio público. Un abrazo.
El 16 de octubre de 2009 a las 14:41 ·
Nuria de Espinosa
Javier, me gusta...
espero impaciente las proxímas,besos.
El 17 de octubre de 2009 a las 13:49 ·