jueves, 30 de julio de 2009

Extracto

Escribía cada día. Fatal. Con el culo, tío. Pero era su poesía y le ayudaba a ir pasando los días. Hacía que se sintiese útil, Se lo tomaba muy en serio, se emocionaba escribiendo, y, de vez en cuando, le sonaba la flauta. También hay que reconocerlo. En el patio, o dentro de la celda, me leía en voz alta lo que escribía. Yo nunca le contaba mentiras. Le decía que me parecía una porquería, pero sin desanimarlo. Al contrario. Siempre le decía que debía considerarse afortunado por tener lo que tenía. Para él significaba mucho poder llamarse poeta, escritor, y ejercer todos los días. Nunca se le pasaba por alto ni se hacía el remolón. Su poesía y él eran inseparables, y las autoridades no podían hacer nada al respecto.

Muchos lo consideraban un héroe.


JOEL ROSE
"DEPRISA"

No hay comentarios:

Publicar un comentario